La alcaldesa de Fuente-Tójar, Mari Fe Muñoz, en nombre de la Corporación municipal del Ayuntamiento y del pueblo de Fuente-Tójar, ha mostrado su más sincera gratitud a la doctora María Concepción Jurado Martínez por sus años de servicio en el Consultorio de la localidad, tras conocerse la noticia de su traslado a otro destino.
«Agradezco profundamente el buen servicio dispensado a todos los tojeños y tojeñas que hemos requerido de su atención, así como su buen hacer y profesionalidad en un aspecto tan delicado como es el de la salud», ha señalado la primera edil, destacando que «gran parte de esta etapa se ha desarrollado durante la emergencia sanitaria mundial provocada por la pandemia de COVID-19, lo que otorga un gran valor a su trabajo y, aún más, en un municipio como el nuestro con un alto nivel de personas mayores que en este contexto se convirtieron en un sector muy vulnerable ante el virus».
La alcaldesa ha afirmado que «la vamos a echar mucho de menos», avanzando que «queda pendiente una visita a Fuente-Tójar para que podamos darle el homenaje y la despedida que se merece».
A continuación, se transcribe el escrito de despedida que la doctora ha trasladado a la Alcaldía y ha hecho llegar a los usuarios y usuarias de los centros sanitarios en los que ha desarrollado su trabajo en los últimos años:
A mis queridos pacientes de El Cañuelo, Zamoranos y Fuente-Tójar.
Hoy me toca despedirme de vosotros, lo que hago con mucha pena porque para mí sois verdaderos amigos, no sólo pacientes. Las circunstancias me trajeron aquí con vosotros y son otras circunstancias las que me hacen marchar, pero quiero antes daros las gracias por vuestra amistad, por vuestra acogida y por todo el cariño que he recibido de vosotros.
Fueron momentos duros desde el principio, siempre lo son en Sanidad, pero con el apoyo que me disteis hemos recorrido juntos un camino hermoso, no exento de dificultades. Hemos vivido un cambio de organización, una pandemia, mil y un problemas familiares y particulares que he sufrido como una más de vuestra familia; he llorado y he reído con vosotros, bien lo sabéis.
Os pido perdón por las veces en que os haya fallado, en que no haya escuchado a alguien como se merecía o no haya dado con la solución; creedme que habrá sido por torpeza y, por supuesto, sin querer molestar a nadie, y espero que en vuestra generosidad podáis perdonarme.
Os echaré mucho de menos a todos. Os quiero como algo mío y así será siempre. Queridos amigos: gracias de corazón. Jamás, jamás podré olvidaros.