Fuente-Tójar es una pequeña localidad situada en la Comarca de la Subbética cordobesa. Actualmente cuanta con 663 habitantes. Su extensión superficial es de 24 km². Sus coordenadas geográficas son 37º 30′ N, 4º 08′ O. Se encuentra situada a una altitud de 600 metros y a 86 kilómetros de la capital de provincia, Córdoba. Porque desde la antigüedad ha habido presencia humana en esta localidad; el yacimiento arqueológico más importante lo constituyen los restos de la que fue una ciudad íbero-romana. Vestigios que se pueden visitar en el Cerro de Las Cabezas y cuyas piezas se encuentran en el Museo Histórico Municipal. Destaca también en sus alrededores la existencia de un aljibe y de una gran alberca, en la zona conocida como Los Corralones. Su interior sirvió de refugio durante la Guerra Civil de 1939, al igual que la noria de pepico, ubicada a unos tres kilómetros de Fuente Tójar.

Una vez en el centro de la villa, tras conocer el Museo, merece una visita obligada la iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario, del siglo XVIII con preciosas obras barrocas en su interior. También es interesante la ermita del Calvario y para terminar una visión panorámica de toda la localidad y la comarca subbética desde el mirador que encontraremos en su parte más alta. Lugares donde se pueden realizar varias rutas de senderismo por los alrededores del Cerro de Las Cabezas. Además este municipio forma parte de la ruta turística “aceite, arte barroco, arqueología y naturaleza”. En su gastronomía es fundamental el aceite de oliva virgen para elaborar platos como sopa de habas con mayonesa, sopa de albóndigas, roscos fritos o el tradicional potaje de Semana Santa. Destacar también el relleno de carnaval, embutido que se prepara con el estómago del cerdo en dicha festividad.

La historia de Fuente-Tójar siempre ha estado ligada al aceite, a los danzantes de San Isidro, a los cerros de La Mesa y de Las Cabezas. Aquí, sobre substratos prehistóricos, de iberorromana de Sucaelo o, lo más probable de iliturgicola, que llegó a gozar de la categoría de municipium. El monte se sitúa a Oriente del citado municipio y se encuentra perfectamente delimitado por murallas de diferentes facturas que encintan una extensión de más de 20 hectareas.

En fuentes historiográficas no aparece el topónimo Iliturgicola. De su existencia tenemos conocimientos gracias a la epigrafía, Infra; sin embargo, Sucaelo, el otro nombre barajado, si lo encontramos en Plinio y en la epigrafía.

Por los restos aparecidos, Fuente-Tójar cuenta desde muy antiguo en el concierto de las zonas aceiteras. Actualmente sus aceites tienen fama por su poca acidez, sabor amargo, color verdoso, olor agradable y por sus características antioxidantes, peculiaridades que le vienen dadas porque en su territorio existen diferentes variedades de plantas oleaginosas, muchas de ellas cultivadas desde épocas imprecisas. Los aceites de mejor calidad se obtienen de las variedades carrasqueña y picuda. Si le unimos su clima y orografía (Medina altitud y suelos calizos y cascajosos) podríamos decir, como ya precisaran Plinio y Columela hace 2.000 años, que es una zona bastante apta para el cultivo del olivar y, por ende, a la calidad del producto.

Conocida por sus hallazgos íberos, esta localidad afianza sus orígenes en una época mucho más antigua. Sus yacimientos prehistóricos más importantes es la mesa del Cañuelo, cerro amesetado que destaca en el paisaje, aislado por casi todo su perímetro y consecuentemente, de difícil acceso, del que ya dio cuenta en 1935, Julio Martínez Santa Olalla. Se trataba de un poblado que fue habitado durante el calcolítico, en el III milenio a.c, en los primeros tiempos de la metalurgia, y posiblemente también la edad de bronce.

Su situación era estratégica, una zona de paso que comunica las provincias de Granada y Córdoba, vía de penetración de la metalurgia hacia las sierras Subbéticas y hacia Málaga.

La población de Fuente-Tójar cuenta un lugar privilegiado en la historia antigua de la provincia de Córdoba. Su cronología la podemos establecer desde la época ibérica hasta romana. La ciudad abarcaba dos partes; el cerro de las Cabezas y el de la Cabezuela, que se denominaban en su conjunto Mesas de Fuente-Tójar.

Esta población íbero-romana recibió, al parecer, el nombre de Iliturgicolis o Sucaelo. La base económica de esta población estaba fundamentada en los sectores típicos de este tipo de sociedades; agricultura, ganadería, actividades minero metalúrgicas e intercambios comerciales.

Todos estos recursos económicos estaban en manos de una nobleza guerrera. El resto de la sociedad estaba constituida por campesinos libres, artesanos y esclavos.

La presencia humana en el territorio de Fuente-Tójar sigue siendo una realidad en los primeros siglos de la época medieval. Aunque las crónicas musulmanas, no la mencionan, los diversos materiales de la época islámica aparecidos en su término perteneciente a la comarca de priego, son un indicio claro de dicho doblamiento. La actual Fuente-Tójar, que parece tene sus orígenes en la época moderna, aparece citada por al-Idrisi como una alquería ( Tushar al-Ayn), concretamente la séptima estación, en la ruta que iba de Córdoba a Almería pasando por Granada.

Sus tierras, así como lo que quedase de su población – si aún pervivia-, quedaron vinculadas, una vez reconquistadas por Fernando III, a la orden militar de calatrava en 1245, al igual que toda la zona de Priego. Aunque en la centuria siguiente volverán al poder de los musulmanes, serán incorporadas de nuevo a territorio cristiano por Alfonso XI en 1341, integrándose a partir de este momento en la abadía de Alcalá la Real. Desde 1370, cuando Enrique II concede a Gonzalo Fernández de Córdoba la villa y castillo de Priego, se vincularán – Según señala M. Nieto Cumplido – a la casa de Aguilar; sin embargo, para M. Peláez del Rosal, esta incorporación no tendrá lugar hasta mediados del siglo XVI, su término será en algunas ocasiones paso obligado para las tropas cristianas durante la conquista del reino de granadino.

Durante los siglos de la Edad moderna Fuente-Tójar era una de las numerosas aldeas que salpicaban el territorio de Priego, cuyo concejal municipal dependía. En el terreno eclesiástico estaba vinculada a la abadía de Alcalá la Real, si bien eran los clérigos de la parroquia prieguense de la Asunción quienes quienes atendían las necesidades espirituales de los tojeños. El continuo crecimiento demográfico experimentado entre el vecindario – algunos datos parroquiales apuntan a que en el Siglo XVIII los vecinos llegaban a 175 – hizo que en 1779 se crease una ayuda de parroquia, concedida por el abad de Alcalá, lo que suponía un reconocimiento a la creciente importancia de aquel núcleo de población. Era el comienzo de un camino que culminaría en 1844 con una real orden de Isabel II donde se reconocía a Fuente-tójar como una entidad municipal independiente, lo que supuso la constitución de su propio Ayuntamiento y la adjudicación de término.

El termino municipal de tenía una extensión de 5.213 fanegas. De ellas, en el siglo XVII, unas 15.000 correspondían al consejo municipal de Priego y otras 2.250 a los marqueses de Priego. Una parte importante del reto eran baldíos pertenecientes a la corona.

A comienzos del siglo XIX Fuente-Tójar era una aldea de Priego, y por ella pasaron las tropas francesas que se dirigían desde Alcaudete a Alcalá la Real. Hasta 1844 no se constituyó como Ayuntamiento. Sus habitantes según Ramírez y de las casas – Deza, estaban dedicados mayoritariamente a la arriería. Hasta bien entrado el Siglo actual no aparecen las primeras sociedades obreras, concretamente la denominada solidaria, creada en 1918 con un reglamento de inspiración sindicalista, por influencia de las sociedades de Baena y Luque, así como por el líder anarquista José Sánchez Rosa. En los últimos años de la restauración, la tendencia política predominante, por influencia de Priego, fue la liberal-nicetista.

Esto tendría su continuidad durante la II república, cuando los nicetistas se hicieron con el control del Ayuntamiento, aunque el comportamiento electoral en las generales fue diferente: en 1931 ganan los socialistas, en 1933 la derecha y en 1936 también la derecha, por un escaso margen de votos sobre el frente popular. Al estallar la guerra civil era alcalde José Madrid Matas. Las fuerzas de izquierdas se mantuvieron en el pueblo hasta el 10 de Agosto de 1936, en que huyeron a Alcaudete. Tropas de la guardia civil y falangistas tomaron el pueblo con el armamento que había llevado desde Sevilla a Priego el conocido derechista José Tomás Valverde.

musulmanes, serán incorporadas de nuevo a territorio cristiano por Alfonso XI en 1341, integrándose a partir de este momento en la abadía de Alcalá la Real. Desde 1370, cuando Enrique II concede a Gonzalo Fernández de Córdoba la villa y castillo de Priego, se vincularán – Según señala M. Nieto Cumplido – a la casa de Aguilar; sin embargo, para M. Peláez del Rosal, esta incorporación no tendrá lugar hasta mediados del siglo XVI, su término será en algunas ocasiones paso obligado para las tropas cristianas durante la conquista del reino de granadino.