La población de Fuente-Tójar cuenta un lugar privilegiado en la historia antigua de la provincia de Córdoba. Su cronología la podemos establecer desde la época ibérica hasta romana. La ciudad abarcaba dos partes; el cerro de las Cabezas y el de la Cabezuela, que se denominaban en su conjunto Mesas de Fuente-Tójar.

Esta población íbero-romana recibió, al parecer, el nombre de Iliturgicolis Sucaelo. La base económica de esta población estaba fundamentada en los sectores típicos de este tipo de sociedades; agricultura, ganadería, actividades minero metalúrgicas e intercambios comerciales.

Todos estos recursos económicos estaban en manos de una nobleza guerrera. El resto de la sociedad estaba constituida por campesinos libres, artesanos y esclavos.