Conocida por sus hallazgos íberos, esta localidad afianza sus orígenes en una época mucho más antigua. Sus yacimientos prehistóricos más importantes es la mesa del Cañuelo, cerro amesetado que destaca en el paisaje, aislado por casi todo su perímetro y consecuentemente, de difícil acceso, del que ya dio cuenta en 1935, Julio Martínez Santa Olalla. Se trataba de un poblado que fue habitado durante el calcolítico, en el III milenio a.c, en los primeros tiempos de la metalurgia, y posiblemente también la edad de bronce.

Su situación era estratégica, una zona de paso que comunica las provincias de Granada y Córdoba, vía de penetración de la metalurgiahacia las sierras Subbéticas y hacia Málaga.